En este artículo la autora revisa y pone en discusión dos paradigmas en la sociología contemporánea de la religión que continuamente aparecen como opuestos e irreconciliables: la propuesta teórica de campo religioso de Pierre Bordieu que pondera los límites institucionales y la propuesta religiosidades paralelas y creencias difuminadas de Hervieu-Leger que frecuentemente parecían profetizar la crisis de las formas tradicionales de compromiso con lo sagrado y perdían de vista los procesos de autentificación de las creencias. Tras una revisión etnográfica de situaciones actuales sobre los modos de creer y practicar las creencias religiosas, busca demostrar que la religiosidad popular no es un estuche vacío, sino un espacio multipracticado, es decir un espacio de encrucijada entre lo nuevo y lo tradicional, entre lo subjetivo y lo institucional, donde constantemente interactúan los soportes tradicionales de la religiosidad popular con los nuevos contenidos y las nuevas formas de practicar las creencias.. La autora argumenta que el estudio de la religiosidad popular, conferido al estudio del sentido práctico de la religión, permitirá atender la complejidad de la transversalidad entre las nuevas creencias subjetivizadas y los anclajes tradicionales, como procesos en constante redefinición simbólica y funcional.